Comentario
Jean Dubuffet y su compañía de Art Brut no eran los únicos brutos. En 1948 en París se reúnen un grupo de artistas del norte de Europa, los pintores Asger Jorn, Karel Appel, Corneille (Cornelis van Beverloo), Pierre Alechinsky y los poetas Dotremont y Noiret y fundan el grupo Cobra, con las iniciales de las ciudades a las que pertenecen, Copenhague, Bruselas y Amsterdam. Bajo la divisa "el arte es el deseo en bruto" trabajan hasta 1951. Desengañados de los valores del humanismo occidental a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, los Cobra se remiten a sus propias tradiciones locales, el expresionismo nórdico de las primeras vanguardias, a las figuras de Munch y Ensor, y, como todos por estos años, al surrealismo. Violentos y salvajes, utilizan colores muy vivos que aplican sobre la tela de manera espontánea, valorando el gesto por encima de todo, como una manifestación primaria de energía y vitalidad salida del subconsciente, sin censura, a la manera informal, aunque sin abandonar del todo la figuración. No están interesados por la gran cultura, sino por los grafitti, la pintura de los niños y todo lo que tenga un tronco salvaje o primitivo -el arte esquimal o las leyendas populares nórdicas-, sin contaminar por esa cultura que ha llevado a Europa al caos.En 1948-1949 se celebró en el Stedelijk Museum de Amsterdam una exposición de arte infantil que despertó el interés de estos artistas, por la libertad de imaginación, de formas y de color que le caracteriza y la falta de censura. La mayor parte de ellos tenían hijos pequeños por estos años y no sólo les dedican cuadros (Carta a mi hijo, de Asger Jorn, 1956-1957, Londres, Tate Gallery); además aprenden de ellos, como la única posibilidad de llevar a cabo una regeneración cultural y plástica. En la revista que editaban, con el mismo nombre del grupo, reproducían dibujos infantiles.Anticonvencionales y salvajes, como las cobras, cifraban en su nombre uno de sus principios y las palabras de Christian Dotremont al respecto lo dejan claro: "Se pueden pensar muchas cosas sobre la elección de un nombre que no será un ismo, sino un animal. De hecho, estábamos contra todos los ismos, porque implicaban sistematización. Cobra es, después de todo, la serpiente que se suele encontrar en la pintura Cobra".La primera exposición importante se celebró en el Stedelijk Museum en 1949, con el título Arte experimental internacional, aludiendo a un fenómeno frecuente en estos años, el interés por superar las fronteras nacionales, aunque al mismo tiempo se volviera a las raíces plásticas de cada país.En la actitud de Cobra hay fuertes componentes de protesta política y, como los españoles por esos mismos años y poco después, experimentan las dificultades de hacer un arte libre en una sociedad no libre. Constant (Constant Nieuwenhuys, 1920) pinta en 1949 un cuadro que titula A nous la liberté, Queremos la libertad (Londres, Tate Gallery) y más tarde cambia el nombre por Después de nosotros, la Libertad. A propósito de este cambio escribe: "Cambié el título para expresar mis dudas sobre la posibilidad de un arte libre en una sociedad que no lo es...".Appel es el principal representante de la sencillez que Cobra reivindica como uno de sus signos de identidad. "Cobra -escribe- es un movimiento experimental-sencillo... Pero precisamente la sencillez es la forma agudizada de la experimentación". Appel pinta directamente sobre trozos de madera mal unidos, en una pintura inmediata y alegre como expresión inocente del placer de crear. Su principal preocupación es la materia, los colores vivos que aplica de manera directa y bruta.El más activo de todos fue Asger Jorn, decidido a recuperar "el arte como era en sus orígenes, sobre la base de los sentidos". El mismo se definía como un "primitivo contemporáneo" y se oponía a un mundo racional, optando por la liberación del subconsciente que proponían los surrealistas. Jorn hace una pintura impetuosa aplicando los colores directamente del tubo y utilizando cuchillos en lugar de pinceles. La materia aparece así en toda su rudeza y es el gesto del artista el que configura la obra. Las figuras de Jorn, a medio camino entre la abstracción y la figuración, son monstruos legendarios o caras gesticulantes, que toma de la mitología o del mundo de los niños y que, con los años, se fueron haciendo más oscuras.Alechinsky (1927) es, como Tobey, pintor y calígrafo al mismo tiempo. Ya antes de trabajar en Cobra dibujaba sobre la tela signos rápidos y esta tendencia se acentúa en el interior del grupo a finales de los años cuarenta, aunque el paso decisivo lo da en 1955 cuando viaja al Japón. De allí, como Tobey, se trae un nuevo modo de hacer: coloca el papel en el suelo, se agacha y se mueve en torno a él, atacándolo por todas partes, como hacía Pollock. Sin embargo, Alechinsky no abandona el pincel ni la figuración y sus símbolos son reconocibles, a diferencia del americano. Su interés por Japón es una manifestación más del interés general de estos artistas por fenómenos ajenos a la cultura racionalista occidental, que todos despreciaban. En Alechinsky además juega un papel decisivo el poeta Dotremont con sus Logogramas, unos extraños signos ondulantes.